¿Cómo ser feliz y llevar al Perú en alto practicando un deporte donde casi todos sueñan con golpear otro tipo de pelota? Kevin Martínez, embajador PRO, tiene el secreto entre la mano y el antebrazo, el mismo que está a punto de usar para representar al país en los Juegos Panamericanos Lima 2019.

El frontonista Kevin Martínez es diestro, pero tiene la fe puesta en su muñeca izquierda. Cada vez que culmina un partido, la mira con la alegría de quien gana su primer encuentro como profesional. Y la besa. En ella se distingue un tatuaje: una raqueta que está unida a un hilo que dibuja la palabra “Tata”.

Así llamaba con cariño a su abuelo, quien desde muy pequeño le enseñó todo lo básico de este deporte nacido en el Perú. Don Carlos “Aco” Álvarez ganó diferentes torneos. Pero su logro más importante fue ayudar en sus primeros pasos a su nieto, hoy campeón nacional de frontón durante siete años consecutivos y representante peruano en estos Juegos Panamericanos Lima 2019.

Una de las lecciones que más recuerda Martínez es cuando su abuelo le enseñó de niño la técnica del “gancho polaco”, un golpe a la pelota muy certero que lleva ese nombre en honor a un boxeador de dicha nacionalidad.

–Consiste en pegarle a la pelota de abajo hacia arriba, formando un gancho. Haces la finta que, por ejemplo, la vas a tirar para la izquierda y, ¡boom!, la mandas para la esquina derecha. Siempre es un punto fijo. Mi abuelo fue muy insistente en enseñarme este golpe –comenta.

Pero no solo su “Tata” lo llevó de la mano a la Paleta Frontón. Sus tíos, también jugadores profesionales de este deporte, le enseñaron que sin perseverancia y una cuota de alegría los objetivos son más difíciles de alcanzar. Y esos consejos han marcado su camino.

Una raqueta y una sonrisa

La primera vez que Kevin Martínez tomó una paleta de frontón en una competencia oficial fue a los 9 años. A diferencia de su actual momento, en aquella ocasión cayó derrotado. Pero las lecciones más fuertes que te deja el deporte no siempre están en las victorias. “Perdí, pero no he parado desde entonces. Aprendí que la perseverancia es lo más importante”, recordó en una entrevista al Diario Depor.

Como en la vida y en la Paleta Frontón, las idas y vueltas no siempre deparan momentos alegres. A los 13 años sufrió, quizá, su más duro revés. La partida del “Tata” no fue nada fácil de asimilar, pero convirtió esa tristeza en su mejor motivación para ser el número 1 en lo suyo. Si su abuelo, a lo largo de su carrera había cosechado 165 trofeos, él buscaría superar esa marca.

Y para romper ese récord familiar, a modo de homenaje, estaba claro que debía utilizar las enseñanzas de su “Tata”: una fórmula que combina la buena técnica, la práctica constante, la concentración en la cancha y, al mismo nivel de importancia, una gran sonrisa. Eso le repetía su abuelo.

—Siempre que juegas debes sacar sonrisas —confiesa Martínez—. No necesariamente siendo un showman, sino por lo que tú transmites. Hay que jugar siempre divirtiéndose. Si te sale una sonrisa es porque lo disfrutas.

Si Kevin Martínez contara una gran sonrisa por cada trofeo que ha conseguido, entonces su rostro dibujó una en 171 oportunidades. Haber superado la marca de su ‘Tata’ es, para él, algo más que un logro deportivo. Una meta sentimental muy fuerte. Sin embargo, es consciente que aún le falta sonreír en más ocasiones.

Pasos lentos, pero firmes

Aunque la Paleta Frontón nació en el Perú, este no es el deporte más jugado en el país. En diferentes distritos, se pueden ver las paredes de cinco metros de ancho por seis de alto, pero son muy pocas las que reciben el impacto de una pelota de caucho. Sin embargo, esos escenarios van desapareciendo pues más personas practican esta actividad.

Martínez reconoce que está inmerso en un deporte que, por el momento, no mueve las masas que debería, pero eso está cambiando. La mejor forma de hacer conocida a la raqueta de madera es a través de los torneos. La Federación Peruana de Paleta Frontón recibe alrededor de mil inscritos por cada campeonato que organiza. Eso ya es un avance.

–El frontón es un deporte peruano. El nivel fuerte se juega aquí. Nos da cierta ventaja sobre el resto del mundo, que está tratando de jugar como puede. En el extranjero son mejores en la pelota vasca: la técnica es muy parecida, pero no son como los primeros puestos nacionales de frontón –asegura.

Esto eleva aún más la dificultad de ser el número uno. Esa posición, pese a todo, ha sido suya por siete años consecutivos. Para ello, debe ganar un mínimo de tres sets por partido, pero esa cifra a veces es mucho mayor, como le ocurrió en el que considera uno de los torneos más duros que afrontó.

Kevin Martínez formó parte de una competencia en la que el ganador de un duelo debía seguir en pista hasta ser derrotado. Algunos rivales se mantuvieron por cinco o seis sets en cancha. A fuerza de ganas, coraje, creatividad y mucho amor propio, él jugó durante veinte sets consecutivos. Los ganó todos.

De esa misma forma obtuvo la victoria en torneos a nivel nacional e internacional, compitiendo contra los mejores representantes peruanos y de otras nacionalidades. En realidad, para él es un doble desafío: el Perú es la “meca” de este deporte, a donde los extranjeros buscan llegar para derrotar a nuestros frontonistas. Pero Martínez sabe que los peruanos somos los mejores. Y eso lo ha demostrado en la cancha.

Sin embargo, su principal meta, la que más le costó conseguir, llegó en marzo de este año.

Ser profeta en su tierra

—Lo más difícil que he tenido que afrontar ha sido la disputa por clasificar a los Juegos Panamericanos Lima 2019 —asevera con mucha firmeza Kevin Martínez—. Tuve que jugar un clasificatorio con el segundo y tercero del ranking. Ese momento fue de alta tensión porque mis rivales tenían grandes chances de llevarse la gloria.

Aunque finalmente el triangular por el cupo al torneo no se dio —uno de sus rivales enfermó y no lo jugó— el primero del ranking peruano demostró por qué se mantiene en el lugar de élite. Terminó invicto y obtuvo el ticket para el certamen continental.

Y, pese a ser el favorito para ganar la medalla de oro, toma esta responsabilidad con humildad. Nadie gana un partido antes de disputarlo, y es consciente de ello. Por eso disfruta de los entrenamientos. “No siento tanto estrés, tanta tensión. De hecho, siento motivación”, confiesa.

A la par de su preparación para los Juegos Panamericanos Lima 2019, cuenta con una academia que lleva su nombre. Organiza torneos y prepara la Liga Profesional de Paleta Frontón. En sus ratos libres, la música urbana y los libros de emprendimiento y liderazgo lo acompañan. Además, dentro de poco retomará la universidad, estudiando una carrera 100% ligada al deporte.

“Yo creo que los Juegos Panamericanos serán una tremenda vitrina para el frontón. Va a estar en la mira del mundo. Podrían introducirlo en los colegios y universidades para que más personas lo practiquen y conozcan”, dijo esperanzado en una entrevista a la Agencia Órbita.

A sus 27 años, Kevin Martínez se considera una persona feliz. “Yo doy tres claves que me funcionan: apasionarme por lo que hago, luchar día a día, y disfrutar el camino”. Cada paso que da, cada pelota que impacta con la paleta de frontón lleva una sonrisa en su rostro. Piensa siempre en positivo, tiene una #ActitudPro y por eso promete una medalla en estos juegos. Pero, además, está seguro de una cosa: cada match point llevará la fe de su ‘Tata’, esa que vive en su muñeca izquierda.